En estos días de expectativas y exaltación, mucha gente se sintió ofendida por lo que escribí en mi blog.
Recibí mensajes con comentarios terribles que lamentablemente no fueron escritos públicamente y que no voy a reproducir aunque me hubiese gustado compartirlos con ustedes para que los hubiesen podido leer.
No voy a usar las palabras que usaron, ni voy a decir las cosas que nos desearon, pero bueno, ustedes ya lo podrán imaginar: una sarta de improperios, palabrotas y sandeces como si las dijera la chica del exorcista.
Es que esta gente todos los días habla con Dios y… es más!!!: Dios… le habla al oído diciéndoles lo que está bien y lo que está mal.
Por eso escupen palabrotas como si del “maligno” se tratara, como autoexorcisándose.
A estos “señores” y a estas “señoras” les digo:
Que deberían avergonzarse y que ya está! Ya basta! Y que por suerte no pueden empañar con groserías este momento histórico y de felicidad.
Por suerte, somos más los que pensamos de otro modo, valoramos la igualdad y compartimos tolerancia.
Orgullosa estoy de lo que pienso, orgullosa estoy de lo que siento y orgullosa estoy de mis amig@s: de los que tenía y de los que ahora tengo.
Para mí las cosas son así!!!
O blanco o negro, nunca gris, cuando estoy feliz veo la vida color de rosa, cuando me embronco la veo rojo fuego, si estoy triste veo todo negro, colaboro con el verde, si estoy bien me rodea el amarillo.
Seré de cualquier color….pero jamás seré naranja.
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